martes, 14 de agosto de 2012

El compañero Moreno; La verdadera discusión.


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La verdadera discusión

El segundo caballito de batalla de la oposición mediática es la inflación. Forma parte del trío preferido de los medios de comunicación opositora para atacar al Gobierno Nacional: Corrupción, inseguridad e inflación.
El primer tema es reconocer que existe inflación en Argentina. De eso no me caben dudas, a mí, y a todos. Que la inflación es un problema para los bolsillos ciudadanos, también. El segundo tema es saber cuánta inflación existe. Está la inflación que mide el INDEC, y la inflación que miden las consultoras privadas. La que mide el INDEC puede quedarse un poco corta por algunos indicadores que pueden no ser reales. La de las consultoras privadas, no miden todo el espectro de precios por la magnitud que implicaría a una empresa de esas características para abarcar todas las variantes de precios. Además, estas últimas se hacen con una clara intención política de oposición, cosa que se confirma por el método de difusión actual, protagonizado por diputados de la oposición en el Congreso. Es decir que se usa como arma para desprestigiar las políticas del Gobierno Nacional, y, en muchos casos, se redondea hacia arriba.
Vayamos ahora a la clave del problema. Hablar sólo de inflación es desviar el tema, poniendo énfasis sobre una consecuencia y soslayando el problema principal. El eje de la cuestión son las políticas sociales y de redistribución del ingreso que aplica el Gobierno Nacional. Es decir que cabe la pregunta: ¿Las políticas sociales que aplica el gobierno, son inflacionarias? La respuesta es obvia: es inflacionaria una política basada en lograr una más justa distribución de la riqueza, que incorporó millones de ancianos marginados al derecho de la jubilación, que atendió las necesidades de las familias, especialmente de las madres carenciadas con la Asignación Universal por Hijo, que ante la crisis internacional fomenta el empleo, defiende la producción nacional y promueve la inversión pública, aplicando políticas económicas contra-cíclicas.
¿Por qué esta política es inflacionaria? Pues al reactivar la economía fomentando la demanda de la población y transfiriendo recursos a sectores más carenciados de la sociedad, esos recursos se vuelcan en mayor medida al consumo de bienes y servicios para atender sus necesidades postergadas. La oferta de esos bienes no responde directamente a esa demanda con mayor producción cuando esos productores llegan al tope de su capacidad instalada. Para aumentarla se requieren inversiones en maquinaria y equipos y otros insumos que no se producen de inmediato. Construir una nueva fábrica o ampliar la producción de una ya instalada, ser requiere tiempo. Entonces los empresarios ante una mayor demanda aumentan los precios. Es decir que la inflación es inherente o intrínseca a este modelo económico.
Ahora pasamos de la economía a la política. ¿Qué queremos: una política que devuelva a los más marginados de nuestra sociedad la posibilidad de una vida más digna, con algo de inflación, o una política de ajustes, recesiva, no inflacionaria, con millones de desocupados, como la Europa de hoy?
El pueblo argentino ya se pronunció en este punto. Ratificó en las urnas la política del Gobierno Nacional con algo más del 54% de los votos.

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